Un punto de encuentro para los amantes del queso

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Hago mi primera aportación para hablar de un sitio para los amantes del queso: Cheese Bar [ José Abascal, 61 – Madrid ], situado en una zona céntrica y exclusiva de Madrid. Este local de restauración dispone de una zona de barra y otra de restaurante (distribuida en dos plantas), donde se pueden degustar infinidad de tapas, raciones, platos y postres, elaboradas por el cocinero Pedro Jose Delmas Muñoz; el ingrediente base de todos ellos es el queso, presentado como tal o cocinado para obtener nuevas texturas.

Al entrar, se descubre un espacio luminoso, amplio y decorado con madera, que invita a descansar y conversar entorno a una tabla de quesos y una copa de vino (un clásico de los maridajes), como si estuvieras en el salón de tu propia casa. El trato de los camareros es cuidado, lo que demuestra el buen hacer hasta en los pequeños detalles.

Los dueños de espacio ya contaban desde 2004 con Poncelet [ Argensola, 27 -Madrid ], una tienda especializada en quesos nacionales y europeos. Así, Cheese Bar surge de la idea de apostar por la gastronomía de calidad y seguir difundiendo todos los aspectos de la cultura del queso: “Es mucho más que un restaurante, ya que en un solo espacio se dan cita todos los elementos que componen el rico mundo del queso: los mejores quesos, una rica gastronomía elaborada en torno a este producto, una biblioteca con cuantiosa información sobre el queso y un centro de divulgación de la cultura de este alimento, en el que tendrán lugar conferencias, catas y  presentaciones” […].

La web de ambos espacios es de un diseño muy cuidado y ofrecen una amplia información sobre la historia del queso, notas de cata y otras referencias (tipo de leche utilizada, animal del que procede, grado de intensidad al paladar, etc.).

Las imágenes que os muestro corresponden a la barra de Cheese Bar, una selección de panes variados y mantequilla artesanal normanda, una tabla de quesos variados (con la información de la misma) y una tarta de queso zamorano como colofón final. Acompañé estos bocados con un vino blanco de la D.O. de Rueda, quedando muy satisfecho y con ganas de contarlo.

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